sábado, 22 de agosto de 2009

¡¡VAMOS LOS CHAVOS...!!

(Y LAS CHAVAS). GENTE: EL JUEVES 20 Y EL VIERNES 21 DE AGOSTO HAN SIDO DÍAS DE ELECCIONES EN NUESTRO NORMAL. FUERON DOS JORNADAS SUMAMENTE INTERESANTES, PRINCIPALMENTE EN LO QUE HACE A LA PARTICIPACIÓN.
APORTEN SUS COMENTARIOS (¡DIGAN SI NO ES EL MEJOR MOMENTO PARA HACERLO...!).
IVÁN: PASÁ LAS FOTOS.
SÓLO QUERÍA COMPARTIR CON QUIENES ESTÉN DEL OTRO LADO LA FELICIDAD DE HABER VIVIDO ESTA EXPERIENCIA QUE NO IMAGINABA EN MI PRIMER CUATRIMESTRE.
POR LAS FUTURAS ELECCIONES; LAS FUTURAS ASAMBLEAS, REUNIONES, COMISIONES; EL FUTURO CENTRO DE ESTUDIANTES Y... LAS SORPRESAS QUE NOS ESPERAN.
(ESTA VEZ SÍ QUE ESTUVE EXPRESIVA, ¿EH?)

PROPUESTA DEL CLAUSTRO ESTUDIANTIL...

Este año 2009 que venimos transitando, es un año marcado por el conflicto: el inminente cambio del plan de estudios, le conformación del nuevo reglamento orgánico y por ende, la reformulación del gobierno institucional.

Dicha coyuntura nos encontró buscándonos; y desde el primer momento entendimos que el único camino posible para enfrentar la situación era empezar a organizarnos: y para esto queríamos conocernos, escucharnos y empezar a pensar la escuela y nuestro rol de educadores y educadoras de manera crítica.

De a poco nos fuimos sumando, armando comisiones de trabajos y convocando asambleas. De las asambleas surgió la necesidad de que los estudiantes que representarán al claustro sean elegidos por dicha reunión, nuestro órgano de máxima decisión. Es al día de hoy, que haciendo un racconto con los chicos, de todas esas tardes frías en el patio del central, de cómo nos íbamos interesando y de cómo el número de personas se iba incrementando, notamos de manera más clara lo rico y lo necesario que es establecer vínculos significativos en este marco.

Hoy llegamos a la semana de elecciones con una lista de seis compañeros y compañeras. Ellos son: Bárbara Butorovích, Vanina Lopez, Iván Stoikoff, Judith Choque, Javier Conde y Lihuén Fernandez.

Creemos que es fundamental aclarar que los estudiantes mencionados -los que conformamos la lista- no tomaremos decisiones de manera autónoma, ajena a la voluntad de los estudiantes; sino en función de las decisiones, de los debates, de las puestas en común de ideas, y del consenso que se construya, fruto de la participación y del trabajo de todos los estudiantes de este normal 8, en los distintos espacios de encuentro y creación.

Y a la hora de hablar de estos “encuentros” nos pareció esencial que en la conformación de la lista estudiantil para consejeros, participen compañeros y compañeras de las dos carreras: Inicial y Primaria, y también de ambos turnos, garantizando así – o la menos buscando el mejor escenario- para una comunicación fluida , genuina y plural.

Para nosotras, la conformación del consejo directivo luego de las elecciones, y la organización del centro de estudiantes son procesos que van de la mano, no podría existir el uno sin el otro. La invitación es para todos, es abierta e inclusiva y va tomando forma dia tras dia; podemos llamarle, como dijo Barbi: Centro de Futuros Docentes.

Por esto, para nosotros, los jóvenes que vamos a formar el claustro de estudiantes de este normal, hoy es un día importante. Saludamos a los graduados, a los profesores, a las autoridades; y los invitamos al compromiso de ser conscientes, de que todos y cada uno de nosotros, somos el cambio, somos también la continuidad, porque somos el corazón de este normal 8 y su progreso permanente.

No podemos olvidarnos de saludar y agradecer a todos los terciarios ya organizados que nos acompañan en este camino, tanto como a los que transitan el laborioso proceso de organización.

Porque a pesar de haber sido mal programado, mal informado, mal ejecutado; cosa que es habitual en las precarias políticas del gobierno de la ciudad, la conformación de los consejos directivos, es un paso hacia la democratización de la educación y la profesionalización de la docencia.

Pero sabemos que no existe democracia educativa si no hay democracia económica y política. Y esto realza el hecho de que ningún tipo de educación es neutra, detrás existe un proyecto de sociedad, ideales que trascienden la práctica concreta y nos llevan a hablar de la politicidad inherente, a toda práctica educativa. Los maestros y las maestras deben abordar, colectivamente, a los tan a menudo mensajes escondidos de impotencia, que caracterizan a las instituciones educativas.

No hay práctica social más política que la educativa chicos: la educación puede ocultar la realidad de dominación o denunciarla, alumbrar otros caminos y convertirse en una educación con otros, por otros y para otros.

Nosotras y nosotros, las jóvenes y los jóvenes que formamos el claustro de estudiantes tenemos una condición que nos hace únicos: elegimos ser maestros y maestras. Elegimos ser maestras en una ciudad donde el presupuesto educativo es cada vez menor. Pero seguramente lo elegiríamos aunque tuviéramos que escribir sobre las paredes y sentarnos en el piso. Es más, si no tuviésemos paredes, probablemente lo seguiríamos eligiendo. Porque aunque sabemos que el soporte material es fundamental para una educación de calidad, también sabemos que es infinito lo que podemos hacer cuando decidimos ser educadores y educadoras. Elegimos ser maestros en tiempos en los que el Jefe de Gobierno de la ciudad tilda a sus docentes de “vagos”. Pero seguiríamos eligiéndolo aunque nos llame “sinvergüenzas” o “haraganes”. Porque somos plenamente conscientes de que nuestro trabajo, nuestra labor como educadores, trasciende enormemente a los desvaríos del gobierno de turno. Elegimos ser maestros en un país en el que por ser maestro pueden pegarte un tiro. Porque ser maestro es defender la educación pública en el aula. Pero también es defenderla en las rutas y marchando las calles, como lo hemos hecho para recordarles a los gobiernos que la escuela los trasciende, que no es un bien de mercado. Nosotros no concebimos al pensamiento como una mercancía ni a los docentes como un dispenser de valores ni a la escuela como el Shopping del saber

¿Saben qué? Vamos a decirles una verdad que todavía algunos se resisten a entender. No elegimos ser maestros porque nos gustan los chicos, o mejor dicho, no lo elegimos solo por ello. Lo elegimos pensando al docente trabajador y comprometido, involucrado con su entorno y con sus colegas.

Debemos ir encontrando, como estudiantes capaces que somos, herramientas colectivas para el análisis y la práctica que debemos darnos desde adentro de la institución educativa, como futuros trabajadores y trabajadoras del estado, con reflexión colectiva, permanente, sistemática y de diálogo. Tenemos la necesidad de crear altos niveles de participación, entrega y confianza.

No casualmente nos forman como seres individuales y no como colectivo de trabajadores. La escuela, en cualquiera de sus niveles tiene la tendencia –sutil, por lo general- de parcelar los espacios, de aislar a los educadores, escindiendo profundamente el vínculo entre los miembros de la comunidad escolar.

En momentos en que todos claman justicia nosotros elegimos ser maestros y maestras. Porque creemos que la educación es el camino para construir un proyecto de transformación. Pero no con la justicia que pregonan los medios del miedo, la justicia de la mano dura, de la burbuja del bienestar, de bajar la edad de imputabilidad para criminalizar a nuestra juventud. Nuestra justicia es otra, no dejaremos que nos roben las palabras. Nuestra justicia es por la vida, ante la opresión del hombre, de la mujer, del niño y la niña, es por el sistema que deshumaniza, que esconde, que explota, que mata. Ahí, en esas inquietudes y en esas luchas del día a día, vive el germen de nuestra justicia, en la lectura de la vida, en la lectura de lo que somos: futuros docentes…

Elegimos ser maestras y maestros porque vemos en cada escuela un fortín de la cultura y en cada aula, cada espacio, vemos un taller, una huerta, una asamblea, una circulo de conocimiento. Vemos en cada escuela, y en cada sala chicos y chicas que crecen, que comparten, que aprenden, enseñan y sueñan. Vemos en todos los chicos la posibilidad de un presente mejor y un futuro colectivo.

Para ir cerrando, podemos afirmar que elegimos ser maestros porque creemos que si juntamos todas las manos y empujamos con fuerza, podemos mover el horizonte un poco más allá. Pasando en limpio chicos… Nosotros pensamos un profesorado para proyectarnos en el tiempo, un espacio, nuestro lugar, donde gestemos el encuentro. Hoy es un día especial para nosotros, el trampolín justo para democratizar la educación.

Gracias a todos y todas.